Mazarrón se emociona con su solemne procesión del Santo Entierro

La noche finalizó con el Velatorio de Cristo en el que el pueblo mazarronero muestra sus respetos al Jesús Yacente

Un año más la procesión de Santo Entierro de Mazarrón recorrió en la noche del Viernes Santo las calles de la localidad ante decenas de vecinos y turistas que contemplaron con gran recogimiento el cortejo, compuesto por un total de 6 pasos entre los que se contaban algunos de los más bellos que procesionan en la Semana Santa mazarronera. La procesión se desarrolló con absoluta normalidad y con gran solemnidad, uno de los aspectos que mejor caracterizan los desfiles de Mazarrón.

Abría la procesión, como es tradicional, el estandarte del Cabildo de Cofradías de Semana Santa de Mazarrón al que seguía la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuyos cofrades vestían totalmente de morado, y que ayer noche sacaba a la calle la bella talla del Cristo del Sagrario, acompañado por la banda de cornetas y tambores de la citada cofradía. Tras él, la cofradía de San Juan, con túnica blanca y capa, capuz y fajín azul turquesa, procesionaba con la imagen de La Piedad, cuyo trono iba bellamente adornado con flores en tonos rosas.

A continuación, desfilaba de nuevo la cofradía de Nuestro Padre Jesús cuyos componentes vestían la túnica morada propia de este grupo pero con capa, capuz y fajín dorado en esta ocasión. Los cofrades, y algunas "manolas" al frente del trono, procesionaban junto a La Virgen de la Cruz que porta en sus manos la corona de espinas y los clavos con los que Cristo había sido crucificado en la cruz, ahora ya vacía.

Tras ella, llegaba la Cofradía del Santo Sepulcro, con su imagen titular, que desfilaba con la vestimenta encarnada pero con fajín negro en señal de luto por la muerte de Jesús. El trono del Santo Sepulcro es uno de los más bellos de la Semana Santa de Mazarrón y sobre él existen muchas historias, entre ellas la de cuando se escondió el paso en un pajar para evitar que fuese destruido en la guerra. El cuerpo de Cristo Yacente descansa en una hornacina de oro que resplandece con la luz de las velas y que sobrecoge a aquellos que lo ven desfilar por su belleza y solemnidad.

Quien también sacaban ayer a la calle a sus titulares eran las dos últimas cofradías que desfilaban en la noche del Viernes Santo. Primero, San Juan seguía la estela del Santo Sepulcro con sus cofrades vistiendo totalmente de blanco pero fajín rojo. Tras él, la Cofradía de la Virgen de La Soledad desfilaba con túnica blanca y capa, capuz y fajín negro. La bella talla de la Virgen, posada sobre un hermoso trono de madera trufado de flores, emociona por su gesto afligido y lleno de dolor que toma cobijo bajo un magnífico manto de terciopelo negro, bordado en seda y oro.

Tras ella, en la presidencia desfilaba en esta ocasión el sacerdote de la parroquia de San Andrés Apóstol y San Antonio de Padua, Julio Romero, que iba acompañado de los representantes de las 4 cofradías de la Semana Santa mazarronera. Tras ellos, el Alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, cerraba el cortejo acompañado del Teniente alcalde de Urbanismo, Francisco García, los concejales María Celeste Soria, Magdalena Méndez, Andrés Valera y Juan Miguel Muñoz del equipo de gobierno, y Alicia Jiménez, Yolanda Vivancos y José Antonio Román de la oposición.

Al finalizar la procesión, y como es tradición en la localidad, el Cristo Yacente del Santo Sepulcro fue trasladado a la iglesia de San Andrés acompañado de la Virgen de La Soledad. Una vez en el templo, se procedió a realizar el Velatorio de Cristo. La imagen de Jesús es bajada de su cuna de oro y, tras cubrirla con una sábana, los mazarroneros desfilan ante Cristo besando sus pies y mostrando así su respeto y fe a la figura del Salvador que ofreció su vida para mostrar el camino de la vida y la resurrección.

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